Instantáneas

Con Traste Contra Luz.

Sigo buscando la fórmula, pero no la encuentro.

Divididos (ni Mollo, ni Arnedo,ni Catriel)

Ayer me di cuenta de que en realidad Cristina Fernández tiene grandes dotes para la matemática. Desde los fallidos cálculos del INDEC ,y luego de descartar hipótesis de calculadoras alcalinizadas o con las pantallitas de vidrio quebrado que daban resultados tan diferentes a los reales, creí que estabamos siendo gobernados por personas con poca capacidad para los cálculos.

Pero me equivoqué, Cristina es brillante para las divisiones. La primera de todas y las más reiterativa es aquella "Argentinos/Argentinas", luego le sigue su preferida "Ricos/Pobres", en el tercer lugar podemos ubicar a la emergente "Campo/Pueblo" (que para ella sería algo así como una ecuación de lo anterior).

Lo preocupante de esta cuestión será el resultado de semejantes operaciones y si Cristinita sabrá redactar las respuestas de los problemas que ella misma plantea.

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"Lea el siguiente problema.
Don Juan se dedica al cultivo de cereales y como tiene el campo tecnificado, trabaja con máquinas. La última cosechadora que compró usa 54 litros de gasoil para cosechar 6 hectáreas de maíz. ¿Cuántos litros de combustible necesitará para 150 hectáreas?*" o ¿A qué país deberá exiliarse Don Juan para poder cargar gasoil, cultivar, vender sus cereales, transportarlos y no tener que vender sus 6 hectáreas para poder hacerlo?

*Buteler, Diana. "Matemática 8" - 2do año del C.B.U.

Pobre Eliseo, se volvió mono analizando discursos.

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N.de la A.: Coca comparto contigo los méritos de semejante conclusión.

(E=mc2 / Ctrl C-Ctrl V)

Políticamente Incorrectos

La discusión se centraba alrededor de la cuestión de ser madres y fue derivando en otros planteamientos, porqué si, porqué no, que la prolongación del ego, las razones egoístas, que el mundo fue y será una porquería ya lo sé.
Esta última idea fue la que más me rebotó en la cabeza. Cambiar el mundo, mejorarlo, no ser conformistas, eran algunos de mis planteos de corte pseudo, “casi o cuasi” (como diría Kristina), revolucionarios, progresistas y transigentes, que ni un fundamento pude esbozar y mucho menos un plan de acción. Mis amigas se reían de mi ingenuidad y mis ilusiones poco concretables y ya no supe cómo seguir sosteniendo mis argumentos.
“Crisis política”, “impotencia”, “vacíos de poder”, vaticinan las columnas de opinión de los diarios de este domingo, “¿Qué va a pasar con la economía?” se cuestionaba Noticias en su tapa de ayer. Un gobierno con dos cabezas, una más hueca que la otra. Gobierno vs. Campo. Gobierno vs. Medios. La presidente que pretende separar cada vez más las esferas sociales con sus discursos clasistas y claramente impregnados de un aire de resentimiento. Un INDEC totalmente manipulado que refleja índices que nadie sabe de dónde salen porque ir hoy al súper con $50 sirve sólo para comprar 3 paquetes de Traviata, una Naranpol (Fanta es un lujo) y una lata de atún. El tren bala, esas tres palabras ya son un delirio en sí mismas una al lado de la otra y la pretensión de implementación en un país como Argentina con necesidades muchísimo más urgentes es directamente una locura. Gente contratada por el gobierno para salir a golpear a otros y aterrorizarlos con ese objetivo kirchnerista de “ponerlos de rodillas”.
Es domingo y leer el diario es casi como hojear la Apocalipsis.
Es una mierda, si. Pero, ¿un cambio de mando es suficiente solución?
Un mínimo párrafo perdido entre los artículos de la sección Espectáculos llamó mi atención: “Ziggy Marley busca el cambio espiritual”. El hijo de Bob cree que “esa transformación es la única solución para la raza humana” porque lo material no se conserva, sólo lo espiritual se mantiene y dura.
Como para darle continuidad a mis planteos ingenuos y románticos sobre el mundo, ¿será eso tal vez lo que realmente está haciendo falta?

Punk Rock Is Not A Crime (O no lo es?).

"Odio las canciones que te hacen creer que no servís para nada.

Odio las canciones que te dicen que estás destinado al fracaso".

Anoche por fin conocí en vivo la voz de Carlos Damián Rodriguez*, su estilo único y su contagiosa energía.

Quedé pura y absolutamente cautivada.

Desde esa noche, soy toda suya.

*Leáse Nekro, Miss Muerte, Il Carlo, Boom Boom Kid (Bombón)

Paranoid Park. Paranoid Android.

Alex es el típico adolescente que va al highschool, pero esta vez es un pendejo cool que anda en skate y que se evidencia ávido de onda y desperdiciado en la nada misma. Alex se pasea por los pasillos de su escuela, hablando poco, con el pelo adherido a la frente, la tabla bajo el brazo y pensando sólo en salir a andar. Tiene una novia al estilo Avril-Lavigne (pero virgen), unos padres en pleno plan divorcio y un amigo inseparable aficionado como él al skateboarding.
Jared le propone una tarde ir a Paranoid Park, el paraíso de los skater boys, y a partir de ese momento la cabeza de Alex hace un ollie backside 180º, un kickflip 360º y la tabla se le incrusta justo en la conciencia. Flashea no sólo con el lugar y la gente que lo frecuenta, sino también porque una noche ambientando en el parque sale a hacer travesuras propias de rebeldes y provoca accidentalmente la muerte de un guardia de seguridad del tren que pasa cerca del lugar. No comenta el suceso con nadie y lo carcome el peso de la culpa.
Así transcurren los días de nuestro protagonista, pero no tan tediosos y sin sentido como los del Kurt Cobain en el “Last Days” del mismo director.
El film se centra tanto en el personaje de Alex que incluso en algunas escenas los secundarios quedan directamente fuera de foco literalmente. La paranoia que lo persigue se disimula en su casi inexpresivo gesto facial, pero genialmente retratada en la cronología fragmentada de la sucesión de los hechos y en la estética que mezcla sonidos e imágenes casi stop motion que ilustran el vacío moral de Alex.
Gus Van Sant combina de manera admirable el formato que va desde 35 mm a Super 8, lo cual le otorga a “Paranoid Park” un carácter que se acerca al documental y le confiere ritmo a las sensaciones y pensamientos que pendulan en la cabeza del protagonista. Hora y media de película en la que uno se pasa tratando de descifrar qué pasa por la cabeza de este chico tan adolescente y confundido que acaba por conmover.

(“Angeles” de Elliot Smith es el tema con el que culmina la película. Se le tildó el iPod a Gus: la misma canción se escucha en “Good Will Hunting” protagonizada por Ben Affleck y Matt Damon. Desde 1997, uno de mis temas preferidos y que se titule con el nombre que me puso mamá también hizo lo suyo en eso de ser uno de preferidos.)

TicTacTicTacTicTac

Ahora que mi casa es silenciosa, se escucha más fuerte el paso del tiempo y he descubierto que padezco una especie de obsesión por su fugacidad. Que nunca alcanza, que pasa muy rápido y que me angustia las pocas cosas que pueden hacerse en sólo una hora.

Se me vienen los días encima y los espero con cierta expectativa de que alguna vez los mediodías se cambien por las noches y las siestas se mezclen con los desayunos en la mañana.

Recuerdo que de chica me jactaba de tener la habilidad para despertarme a las 8 menos 10-lavarme los dientes-ponerme el uniforme del colegio-tomar un café-lavarme los dientes otra vez-correr dos cuadras y así lograr estar a las 8 en punto sentada en mi banco.

Hoy me levanto a las 8 y 20, me asalta el reloj a las 10:30 y aún no pasé de la parte principal del diario.

La cantidad de horas con las que cuenta mi día no son las suficientes para mí. Y siempre ando apurada y sabiendo que las prisas matan.

Hojeo mi agenda y caigo en la cuenta de que es lunes y mi semana, día por día, minuto a minuto, ya fue planeada hasta el domingo y así sucesivamente al día siguiente.

Pienso que desde que el mundo es mundo los días se organizaron en bloques de tiempo y me aburre. ¿Quién fue el que inventó semejante sistema a partir del cual pueda cronometrarse la estadía en el mundo?

Ocaso Tóxico

Mi mamá una vez me dijo que en las ciudades más contaminadas el atardecer es aún más lindo que en las más impolutas.

En ese momento dudé de la veracidad de su afirmación y hasta me reí de semejante ocurrencia. La contaminación y la belleza son dos conceptos imposible de relacionar, pensé.

Sin embargo y como siempre, mi mamá tenía razón.

No sé si "el más lindo", pero seguro el más llamativo y extraño atardecer lo vi en Buenos Aires el "peor día del humo" según TN.

La foto no es una prueba fiel, pero juro haber visto el sol tan fucsia como el pelo de Gwen Stefani.